domingo, 21 de abril de 2013

La vida que se volvió digital.

Esta no es una entrada para comentar "nostálgicamente" eso de que "en mis tiempos" todo era mejor porque no estaba pegado a una computadora o celular (palabras de mi abuela esta mañana al verme escribir algunas cosas en la lap); Tampoco pretendo decir que estar "online" siempre sea lo máximo, pero si reflexionar un momento:

Nos dimos cuenta... ¿dónde comenzamos a entrar al mundo digital? ¿fue a caso cuando llegó la televisión? ¿la radio? ¿el internet? ¿el iPhone?

Fue tan rápido y se integró de una manera casi complementaria que no alcanzamos a percibir que tan "digitales" nos convertimos en 20 años.

Las noticias del último momento las tenemos al alcance de un "click"; donde compartir nuestra actividad  se está convirtiendo una costumbre social, publicar qué y con quién estamos haciendo algo nuevo, diferente, rutinario, importante, intrascendente permite que cualquiera pueda acceder de alguna forma un tanto bizarra a compartir nuestra experiencia.

Un ejemplo de una experiencia que comienza y termina digitalmente lo tenemos cuando programamos una reunión con nuestros contactos de Facebook, recibimos notificaciones y retroalimentación de quién asistira; al momento de realizar esa actividad no faltará quien hace un "tweet" o "check in"en el evento, además de que no podrán faltar las fotos que guardaremos en la memoria de la web y nos servirán para prolongar la experiencia de esa reunión algunos momentos más al día siguiente cuando nos veamos etiquetados en ellas.

Creo que al único evento al que no he sido requerido todavía vía facebook es a un funeral.



Tenemos de todo en línea, tiendas, noticias, perfiles, cementerios... y todo esto nos lleva a pensar en las tendencias para los siguientes años... ¿hasta donde llegaremos digitalmente? Pienso que el límite será la imaginación del género humano.


En México somos cerca de 40 millones de usuarios en internet, compartiendo contenidos en redes sociales, correos electrónicos y/o actualizando páginas; son los días que nos ha correspondido experimentar, aprendiendo a vivir de manera digital.